martes, 1 de septiembre de 2015

PERSONALIZACIÓN DE LA DESPERSONALIZACIÓN



Tres sencillos pasos para la esquizofrenia.
Paso 1: Nazca y adáptese, encuentre su propia personalidad
más la que quiere su madre, su padre y el estado. Sólo
asegúrese de ser diferente sin salir de los lineamientos establecidos.
Paso 2: Crezca, busque afinidades, reprodúzcase como pueda y
con quien pueda, procure aferrarse a tener una relación a toda
costa, no querrá llegar al paso tres usted solo.
Paso 3: Muera lamentando haber existido.

PERSONALIZACIÓN DE LA DESPERSONALIZACIÓN  Montaje que JHU ArtLab  diseñó con la inquietud de sumergirse y explorar los espacios abiertos, es una pieza propicia para la intervención, para transgredir el cotidiano ya que todos los días bailamos una danza ritual, un ir y venir de lugares, personas, conocimiento, pensamiento, sensaciones y sentimientos. Hacemos movimientos, somos la gran coreografía de la ciudad, de la vida, y muchas veces vivimos sin tener el control de nuestra existencia y solo vamos haciendo lo que se debe hacer, lo que se puede hacer, cambiamos de rostro y muchas veces ya no sabemos quienes somos. Nos abriga la Despersonalización, la masa el colectivo.



Todo ello nos vuelve actores voluntarios e involuntarios de una puesta en escena que alguien más diseñó desde atrás de un escritorio o viendo el atardecer en una playa, pero es nuestra opción seguir ese ritmo, esos cánones o cambiarlos, por eso con movimientos lentos y apropiándose de los espacios y del viento, la música y coreografía de Jhu ArtLab, aparece en el Sistema de Transporte Colectivo de la ciudad de México, en este gran hormiguero, y creamos un espacio distinto de tiempo, con personajes diferentes a los cotidianos y provocando mirarse en el reflejo de la ventana  a quienes están alrededor para saber quiénes son ellos, a qué ritmo se mueven,  ¿por qué no nos miramos?, ¿porque no escuchamos más cada vez?.. Hasta que una melodiosa voz irrumpe en el espacio para preguntarles si recuerdan que están vivos y que existen más allá de la obligación de existir. ¿Sólo porque respiramos sabemos quiénes somos? 


Este montaje multidisciplinario lo acompañaron como testigos fotográficos de la experiencia, un grupo de alumnos del Gimnasio de Arte quienes complementaron la acción de hacer partícipes a los pasajeros, que por momentos vivieron la danza Butoh y la música a centímetros de su piel, obligándolos a tener conciencia de su propia existencia.   

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